Cada año, el Departamento de Estado de Estados
Unidos publica un amplio informe
dirigido al Congreso en el que se evalúa lo que están haciendo los gobiernos
extranjeros para combatir el narcotráfico. A continuación, algunos de los
puntos más importantes en varios países de Latinoamérica.
México, Centroamérica y el
Caribe
-La vigilancia policial en Belice ha tenido
algunas reformas importantes, pero la violencia parece estar en aumento.
Ciudad de Belice ha implementado los distritos policiales y continúa apoyando
la policía comunitaria y los programas de vigilancia vecinal, según el
Departamento de Estado de Estados Unidos. Pero aunque la tasa de homicidios
descendió en un 32 por ciento entre 2012 y 2013, parece haber aumentado durante
los primeros nueve meses de 2014.
-La reforma sobre la marihuana sigue presente en
la agenda política. Tres años después de su creación, un comité destinado a
estudiar el tema de la reforma a la marihuana emitió recientemente sus
conclusiones, en las que pide la despenalización de la posesión de
menos de 10 gramos de dicha droga.
-Hay grandes preocupaciones por delitos
relacionados con las drogas y por la presencia de carteles extranjeros. La creciente influencia de organizaciones narcotraficantes
mexicanas y suramericanas ha causado mucha inquietud en Costa Rica. No
obstante, el país todavía tiene la menor tasa de homicidios en Centroamérica.
-La mayor preocupación de la población en
general es la corrupción. Una encuesta realizada en septiembre de 2013
señala que a la mayoría de los costarricenses les preocupa más la corrupción
del gobierno que el desempleo, el narcotráfico o la inseguridad ciudadana.
-El gasto en seguridad sigue subiendo. Desde
2002, Costa Rica aumentó el gasto en organismos policiales en un promedio de 16
por ciento cada año. Estos fondos provienen de un impuesto a las empresas
aprobado en 2012 —una singularidad en una región donde otros gobiernos han
demostrado ser reacios a cobrar los impuestos necesarios para financiar
planes de seguridad—. Gracias en parte a este aumento, entre 2010 y 2014 Costa
Rica incrementó su fuerza policial en casi 2.000 personas.
Cuba
-Cuba y Estados Unidos continúan colaborando
mutuamente en cuanto al control del tráfico de drogas. La Guardia Costera
de Estados Unidos cuenta con un especialista en interceptaciones, que trabaja
de manera coordinada con las autoridades cubanas, en tanto que la “intensiva
presencia de seguridad” del gobierno cubano ha evitado que las organizaciones
narcotraficantes se instalen en la isla, según dice el informe. El
establecimiento de mejores relaciones entre Estados Unidos y Cuba propiciará
mayor colaboración entre los dos países en este sentido.
-Alrededor del seis por ciento de toda la cocaína que es traficada a Norteamérica y Europa pasa por la
isla de Española, y gran parte a través de República Dominicana. En este
país también se ha presentado un incremento en la violencia relacionada con las
drogas, lo cual se debe en parte a que los traficantes les pagan a sus
ayudantes locales en drogas en lugar de dinero en efectivo.
-Los vuelos cargados con drogas desde Suramérica
hacia República Dominicana han “prácticamente desaparecido”. El tráfico
marítimo es actualmente el método predilecto para el contrabando de drogas
dentro y fuera del país.
-República Dominicana sigue siendo uno de los
principales colaboradores de Estados Unidos en cuanto a la extradición.
República Dominicana extraditó a 22 fugitivos a Estados Unidos en 2013, y a
otros 25 durante los primeros 10 meses de 2014.
-Estados Unidos todavía considera que el
narcotráfico transnacional es un grave problema en El Salvador. El país fue
catalogado como un país de tránsito de drogas por cuatro años consecutivos en
el informe anual del presidente Obama para el Congreso.
-La reforma penitenciaria está rezagada. Las
prisiones y los centros de detención continuaban operando en una capacidad del
330 por ciento a finales de 2014. Estados Unidos le ha estado ayudando a El Salvador a ampliar un programa mediante el cual los
reclusos reciben una reducción de sentencia de dos días por cada día completo
de trabajo en proyectos de servicio comunitario, así como US$50 al mes.
Guatemala
-Ha habido “poco avance” en el fortalecimiento
de las instituciones públicas de Guatemala, a pesar de que se lograron varias capturas de capos
de la droga en el año 2014. El informe señala que la policía de Guatemala sigue siendo corrupta e ineficaz, el sistema
judicial ineficiente y el sistema penitenciario inadecuado. Estos problemas se
agravan por la baja tasa de recolección de impuestos en Guatemala y por un estancamiento político que impidió la
aprobación de un nuevo presupuesto en el año 2014.
-Hubo algunos avances claves en cuanto a
seguridad fronteriza. Estados Unidos le ayudó a Guatemala a conformar una nueva unidad de interceptación de
drogas en la frontera entre Honduras
y Guatemala en 2014, que consta de policías, militares y
funcionarios de inmigración. Esta unidad conjunta pretende ser complemento de
otra ubicada en la frontera entre México y Guatemala.
-Los vuelos cargados con drogas se han reducido.
En 2014, las autoridades de Estados Unidos estimaban que el 60 por ciento de
los vuelos con droga que despegaban de Suramérica hacían su primer aterrizaje
en Honduras,
en comparación con el 75 por ciento en 2013. La región de la costa Caribe sigue
siendo la principal zona de llegada para traficantes aéreos y marítimos.
-No se cree que las pandillas participen en el
narcotráfico transnacional. Aunque pandillas como MS-13 y Barrio 18 contribuyen a la violencia y el narcotráfico en Honduras,
el informe señala que “no parecen ser una parte formal de la cadena logística
del narcotráfico transnacional”. Por el contrario, sus actividades generalmente
involucran la distribución de drogas a nivel local, así como extorsiones,
secuestros y tráfico de seres humanos.
-El programa de confiscación de activos de Honduras
se ha convertido en una valiosa fuente de fondos para la prevención del delito.
La Oficina para la Administración de Bienes Incautados (OABI) de Honduras
donó un tercio de los recursos obtenidos de bienes incautados para programas de
prevención del crimen y la violencia. Esto incluyó más de US$1 millón
destinados a centros comunitarios para jóvenes en riesgo.
-Jamaica sigue siendo el mayor proveedor de
marihuana del Caribe a Estados Unidos. El informe señala que algunas
organizaciones de narcotraficantes intercambian marihuana jamaiquina por cocaína, y las autoridades estiman que en el país se cultivan
aproximadamente 15.000 hectáreas de marihuana.
El sistema de justicia es gravemente disfuncional. Sólo el cinco por ciento de los
casos de asesinato terminaron en condenas en 2014. Esto ha contribuido a una
alta tasa de crímenes violentos, falta de cooperación de testigos y jurados,
frustración entre la policía y la comunidad, así como “un significativo costo
social y drenajes para la economía”.
-La violencia está disminuyendo, pero otros
crímenes están aumentando. Las estadísticas más recientes del gobierno
citadas por el informe del Departamento de Estado de Estados Unidos indican que
los homicidios disminuyeron 14 por ciento entre 2012 y 2013. Sin embargo, los
secuestros reportados y la extorsión aumentaron bruscamente durante el mismo período. El
presupuesto de seguridad de México también ha aumentado: ahora está en US$11 billones,
casi un 7 por ciento más que el año anterior.
-Estados Unidos ha cambiado el foco de su ayuda
a México. Como señala el informe, dicha ayuda “ha pasado de suministrar
equipos a gran escala” a la “formación y desarrollo de capacidades”, además de
mayor ayuda a instituciones estatales y municipales, en vez de federales.
-La reforma judicial progresa lentamente.
Sólo tres estados han implementado las reformas requeridas por las enmiendas
constitucionales de 2008, que permiten juicios públicos como se realizan en
Estados Unidos.
-La estrategia de perseguir figuras importantes
ha dado como resultado más violencia. El informe señala que la captura de
grandes capos de la droga como El Chapo ha sido un logro significativo, pero se ha “dado como
resultado grupos más pequeños y fragmentados que tratan de consolidar su poder
violentamente”.
-Aunque es más pacífica que sus vecinos
centroamericanos, Nicaragua sigue siendo una importante ruta de tránsito
de cocaína hacia el norte. La tasa de desempleo del 55 por
ciento que se ha mantenido por largo tiempo ha creado un clima favorable para
que las organizaciones de narcotraficantes realicen sus negocios en el país,
indica el informe.
-Nicaragua tiene la intención de fortalecer y
ampliar su fuerza policial, que ha recibido elogios por su modelo de policía
comunitaria. El gobierno prestó US$16,3 millones del Banco Centroamericano
de Integración Económica, destinados a habilitar 15 nuevas estaciones de
policía, 245 unidades de transporte y otros recursos.
-La Infraestructura de transporte de Panamá
sigue ofreciendo muchas oportunidades para los traficantes de drogas
transnacionales. Esta infraestructura incluye la segunda zona franca en el
mundo, el Canal de Panamá y el cuarto aeropuerto con mayor tráfico en
Latinoamérica.
-Con ayuda de Estados Unidos, el mapeo en tiempo
real y el análisis de la actividad criminal han ayudado a reducir la
criminalidad en ciertas áreas. Sin embargo, este modelo de “policía
moderna” todavía no se ha implementado ampliamente en todo el país.
Suramérica
-Argentina sigue siendo un país de tránsito de cocaína hacia Europa, pero la producción de cocaína y el consumo interno también son motivo de creciente
preocupación. Estas cuestiones fueron igualmente señaladas en un informe
reciente de una ONG local que describe que varios laboratorios de cocaína operan en Buenos Aires. Este mismo informe fue el que
llevó al Papa Francisco a decir a comienzos de este año que estaba preocupado por la “mexicanización” de Argentina.
-Bolivia es un importante país para el tránsito
de pasta de cocaína peruana. Según la policía de Perú, hasta un 95 por
ciento de la pasta de cocaína que sale de Perú por aire pasa a través de Bolivia. La
mayor parte de la cocaína que sale de Bolivia va a otros países
latinoamericanos, especialmente a Brasil, para su consumo interno. Otros cargamentos de cocaína se exportan a Europa o a África occidental. Por otro
lado, aproximadamente el uno por ciento de la cocaína incautada en Estados Unidos proviene de Bolivia,
indica el informe del Departamento de Estado. Como lo informó InSight Crime previamente, la situación
de Bolivia como un importante proveedor del mercado interno de drogas de
Latinoamérica ha hecho de este país un potencial refugio para el crimen organizado transnacional.
-Los extranjeros están fuertemente involucrados
en el narcotráfico transnacional boliviano. El Departamento de Estado de
Estados Unidos ha identificado que colombianos, brasileños y peruanos
participan en la producción y el tráfico de drogas, así como en lavado de dinero.
-El país ha “demostrado fallas” para cumplir con
sus obligaciones en materia de antinarcóticos, según la Presidencia de Estados
Unidos. El informe del Departamento de Estado señala que la coca producida
legalmente en Bolivia sigue siendo desviada a la producción de drogas ilícitas;
Sin embargo, el cultivo de coca en general está bajando.
-Brasil es el segundo consumidor de cocaína en el mundo y quizá el mayor consumidor de productos a
base de cocaína. Aunque Brasil ofrece un enfoque holístico para el tratamiento de la
drogadicción, que incluye atención médica y capacitación laboral, no hay
suficientes programas que cubran las necesidades de su población adicta, indica
el informe.
-A pesar de que hay programas de seguridad fronterizos a gran escala, el informe indica que Brasil “carece de la capacidad institucional para frenar el
flujo de drogas ilegales a través de sus fronteras”. Los miles de millones
de dólares invertidos en seguridad fronteriza se complementan, en parte, con
los US$1,5 billones que la agencia líder del país en la reducción del consumo
de drogas, conocida como Secretaria Nacional Antidrogas (SENAD), debía haber
invertido a finales de 2014.
-Chile es un país de tránsito de la cocaína destinada principalmente a Europa. Aunque el
consumo interno de drogas en el país se ha mantenido estable, el número de incautaciones
de drogas y desmantelamiento de laboratorios de procesamiento de cocaína ha aumentado.
-Chile ha invertido considerables sumas de
dinero en la lucha contra el contrabando a lo largo de sus fronteras con Perú y
Bolivia. El paso de “mulas” con pequeñas cantidades de narcóticos entre
Bolivia y Chile es un problema particular.
-La producción de cocaína ha aumentado, a pesar de los programas de erradicación
de cultivos y los agresivos esfuerzos de interceptación. Más del 90 por
ciento de la cocaína incautada en Estados Unidos proviene de Colombia.
-En respuesta al aumento de las tasas de
consumo, el gobierno ha puesto mayor énfasis en programas de educación y
prevención del consumo de drogas. Las autoridades colombianas buscan
combinar programas de reducción de la demanda con alternativas al encarcelamiento
por delitos menores relacionados con drogas, con el fin de liberar recursos
para combatir los delitos más graves relacionados con las drogas.
-La cooperación entre Estados Unidos y Colombia sigue siendo fuerte. Un ejemplo de la positiva
relación entre ambos países es el número de individuos que Colombia extraditó a Estados Unidos el año pasado: 138. Queda
por ver qué tipo de apoyo adicional puede proporcionar Estados Unidos, en caso
de que se llegue a un acuerdo de paz con el grupo insurgente izquierdista FARC.
-Ecuador es un importante país de tránsito de
heroína y cocaína desde Perú y Colombia hacia Europa y Estados Unidos. También es
importante para el tránsito de precursores químicos utilizados para procesar
drogas ilegales. Unas fronteras permeables, así como instituciones públicas
débiles y corruptas, hacen el país vulnerable a la delincuencia organizada,
especialmente de los grupos mexicanos y colombianos.
-El consumo interno está aumentando y no hay
suficientes instituciones públicas para atender la población adicta de Ecuador.
Estados Unidos considera que la despenalización de la posesión de drogas —una
reforma que aún no ha sido aprobada en Ecuador— agravará el problema.
-La cooperación con Estados Unidos ha sido
problemática en ocasiones. Estados Unidos sigue ofreciendo ayuda
antinarcóticos, pero Ecuador ha asumido constantemente la responsabilidad de
financiar las operaciones. Estados Unidos cerró su oficina de asistencia
técnica sobre narcóticos en Quito a finales de 2014.
-Guyana sigue siendo un país de tránsito
importante. La cocaína con destino a Estados Unidos, Canadá, el Caribe,
Europa y África occidental pasa por allí.
-Los organismos de seguridad carecen de los
recursos básicos necesarios para combatir la delincuencia organizada.
Algunas estaciones de policía remotas carecen incluso de servicio de telefonía
estable.
-Paraguay está enfrentando serios desafíos.
Algunos funcionarios públicos, incluyendo miembros del Congreso, han sido
acusados de estar implicados en narcotráfico. El tráfico de armas, el lavado de dinero, la producción de billetes falsos y el
comercio de marihuana —el más grande de Latinoamérica— esencialmente han
convertido a Paraguay en un centro del crimen organizado.
-Los centros de rehabilitación de drogadicción
en el país son lamentablemente inadecuados. Paraguay tiene una institución
privada para el tratamiento de la drogadicción y su institución pública de
tratamiento tiene sólo 30 camas.
-Perú es el mayor productor de cocaína en el mundo y el segundo cultivador de coca. Las autoridades
estadounidenses y peruanas estiman que hasta 180 toneladas de cocaína son traficadas desde Perú anualmente, y alrededor de
115 toneladas son traficadas por rutas marítimas.
-El consumo interno de drogas está creciendo,
particularmente en zonas productoras de cocaína. Los centros de tratamiento
se quedan cortos para atender a los adictos a la cocaína del país, que se estiman entre 32.000 y 60.000.
-Los grupos narcotraficantes peruanos continúan
compartiendo territorio con los carteles extranjeros. Entre éstos se
encuentran grupos colombianos y mexicanos que mueven sofisticadas redes de
tráfico en Perú.
-Dado que hay poca evidencia de la producción
nacional de drogas, Surinam sigue siendo principalmente una zona para el
tránsito de cocaína. Los cargamentos de droga se dirigen a Europa, África
y, en menor medida, a Estados Unidos.
-La corrupción en los más altos niveles continúa
rampante. El presidente Desi Bouterse
ha sido condenado in absentia por
cargos de narcotráfico, por una corte de Holanda, y su hijo fue condenado
recientemente por cargos de terrorismo y narcotráfico en una corte de Estados
Unidos.
-Aunque Uruguay no es un gran productor de
drogas, los traficantes usan al país como base logística. Uruguay sigue
siendo atractivo como un país de tránsito, gracias a sus fronteras con Brasil y Argentina.
-Uruguay está atrasado en su plan de reformas
sobre la marihuana. El país iba supuestamente a empezar a vender marihuana
en las farmacias en 2014, pero la aplicación de esta norma ha sido lenta, dado
que el gobierno se concentró el año pasado en “otorgar licencias de cultivo e
identificar dónde comprar semillas”.
Venezuela
-La corrupción política le impide
a Venezuela perseguir efectivamente a los traficantes de drogas. El informe señala que mientras
que al presidente Maduro se le concedieron poderes para fijar decretos durante
un año, como parte de una campaña de lucha contra la corrupción, “no está claro
si las medidas que autorizó serán herramientas eficaces” para combatir el
problema.
-El narcotráfico sigue siendo un problema que
causa tensión entre Estados Unidos y Venezuela. La detención y posterior
liberación del militar retirado general Hugo Carvajal el año pasado fue un mal
momento en la relación entre Estados Unidos y Venezuela, tanto que el informe señaló que Carvajal “fue
recibido de nuevo en Caracas en un gran mitin liderado por el presidente
Maduro”.
*Fuente: InSight Crime - Crimen Organizado en
las Américas