El “Mojarro” fue sicario estrella de “Daniel “Loco Barrera”, narco cuya captura es obsesión
para las autoridades colombianas; pero algo se rompió entre ellos. Salió ileso en un atentado ocurrido en
Villavicencio en el mes de mayo pasado, donde murieron 6 personas; coordinó el
asesinato de Leónidas Vargas en España, y
cayó en pleno centro de nuestra Capital Federal.
Según la fuente, El Mojarro Saldarriaga Perdomo es uno de los autores
materiales del asesinato, de Héctor Duque
Ceballos, alias "Monoteto", y Jorge
Alejandro Quintero. Recordemos que ambos fueron ejecutados en
2008, de ocho disparos cada uno
cuando estaban por subir a un Volkswagen Vento, en la playa de estacionamiento del shopping Unicenter, por un sicario que
escapó en una motocicleta. El único sobreviniente del caso fue Julián Jiménez Jaramillo, de cuya boca no salió nada sustancial.
Según medios colombianos, Duque Ceballos habría comenzado como un
sicario
hasta ascender posiciones, convertirse en hombre de confianza de "Macaco"
y manejarle las finanzas. Sospechas de traición a su jefe y entrega de
información a la DEA habrían sellado su “suerte”. Lo
concreto es que tanto los fallecidos como Jiménez Jaramillo habían
arribado hacía varios meses a la Argentina y mantenían un alto estándar de
vida. El sobreviviente vivía en una casa alquilada en el country
"Ayres de Pilar" y los otros dos en Puerto Madero.
Volviendo a El Mojarro Saldarriaga, habría caido en desgracia con su Jefe por cuestiones de dinero y operativas. Las autoridades colombianas no
descartan que “el Loco Barrera” lo
haya localizado en Argentina, a donde huyó en agosto pasado, con ayuda de su ex
esposa Ruth Martínez, testaferro suyo y quien fue capturada el 6 de abril en
Nordelta, un exclusivo sector de Buenos Aires, en la ya mencionada Operación
Luis XV. Por ahora, la Policía
colombiana rastrea los numerosos bienes del “'Mojarro”, entre los que están una
lujosa finca de recreo, en Restrepo (Meta), así como una hacienda ganadera en
San Martín, más sus apartamentos en Villavicencio y Bogotá.
Como vemos, la preocupación por el desembarco de miembros de ex carteles colombianos en el país, es más que justificada. Ya han comenzado a establecerse y, tendiendo a organizarse en nuevas estructuras criminales, buscan posicionarse en Argentina a fuerza de droga, traiciones y sangre.
Norberto LC