La Argentina y el nuevo mapa
del narcotráfico internacional
Uno de los clichés más escuchados en el ámbito político y
de la seguridad de la Argentina de los últimos 10 a 20
años, es la condición de “país de tránsito” y “marginal” que tiene el
territorio nacional en el mapa
del narcotráfico internacional.
La inercia de funcionarios y políticos, especialmente
cuando está su partido en el
poder, a repetir estas afirmaciones se torna cada vez más contrastante con la
realidad.
Información nacional e internacional nos muestran que al
menos en la última década o lustro, la Argentina enfrenta un problema ascendente, serio y con potencial impacto traumático en
su seguridad nacional. El
secuestro de 12 toneladas de cocaína a lo largo de 2010 y de 5 tonaledas en los
primeros meses del presente
año, hacen pensar, asumiendo que los especialistas estiman que se incauta un 10 al 15 % del flujo
total, que durante el año pasado habrían transitado por la
Argentina más de 100 tonaledas de cocaína.
En este sentido, la presión ejercida por el Plan Colombia y los esfuerzos
interagencias de los EEUU en la Florida y el Caribe, el crecimiento del consumo
de cocaína en Europa, frente al estancamiento existente en el mercado
estadounidense, la fortaleza del euro, etc., han confirmado una creciente ruta
de sustancias ilegales vía Venezuela
(quizás la más importante), Brasil y la Argentina.
En algunos casos, esos cargamentos salidos por ejemplo de Venezuela en un avión 727, han hecho escala en Mali en África donde fue recibido por un grupo local filo Al Qaeda y llegar finalmente a Europa. También existen informaciones de fuentes confiables sobre nexos entre fuerzas Qods de los Guardianes de la Revolución iraní y de Hezbollah con grupos narcotraficantes en América Latina.
Los reales y potenciales nexos entre el crimen organizado
y el terrorismo como ya en su momento acontecieron entre las FARC y Comando
Vermelho no dejan de ser relevante dado los antecedentes de los ataques
terroristas de matriz iraní-Hezbollah en los años 90 en Buenos Aires.
El nuevo mapa del narcotráfico en Sudamérica, en su costa
atlántica, en la que está inmerso de manera creciente la Argentina, se
complementa con casos de sicariato entre Carteles-paramilitares colombianos en
2008 en Buenos Aires, la detención y búsqueda de cuadros medios y altos de
organizaciones de Colombia y México
así como una progresiva organización y fortalecimiento de micro Carteles o
Carteles familiares bolivianos y peruanos en barrios marginales.
En lo que respecta a los niveles de consumo, la ONU
identifica a la Argentina como líder en las estadísticas de consumo de la
publicación joven a nivel latinoamericano. Asimismo, en el año 2008 surgió un masivo flujo de efedrina hacia México para la
producción de metanfetaminas.
Otro factor por demás trascendente al momento de analizar
la cuestión del narcotráfico y su impacto en la Argentina, es el cambio que se
viene produciendo en la geografía y dinámica de este delito transnacional.
Recientemente la ONU confirmó que un país cercano
geográficamente a la Argentina y al Cono Sur ha superado a Colombia como
principal productor de cocaína. Nos referimos al caso de Perú a partir del año
2010. Al mismo tiempo, estas y otras estadísticas muestran un sostenido
crecimiento de la producción de drogas
en Bolivia a partir del año 2007.
Al momento de analizar los flujos de drogas
internacionales se hace evidente que la cocaína elaborada en Perú y Bolivia
tiende a ser canalizada a Brasil, Argentina, Chile y Uruguay. Tanto sea como ruta para su posterior llegada al
mercado europeo como para abastecer el creciente mercado interno en estos
países sudamericanos.
La reciente detención de uno de los líderes del PCC en
una de las favelas de Río de Janeiro, nos permitió conocer “Nem”, tal como se
apodaba uno de estos narcotraficantes, obtenía un ingreso semanal de medio
millón de dólares en la venta de drogas (dos millones al mes) de los cuales
según el mismo dedicaba casi la mitad a pagar sobornos a fuerzas policiales.
Esto no implica ni mucho menos que los mercados de la
Argentina y Brasil no sean fuentes también del paso de cocaína colombiana o de
organizaciones ilícitas de ese país que tienen presencia efectiva tanto en Perú
como en Bolivia.
Fuente Noticiero de Salta.
Portal de noticias salteñas
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