martes, 12 de marzo de 2013

MEDELLIN, UNA EXPERIENCIA


Medellín constituye una experiencia exitosa de lucha contra el delito que es necesario conocer.

¿Puede salir del temor una ciudad que fue considerada hace una década entre las más violentas del mundo? ¿Puede reemplazar el círculo vicioso que generaron la violencia y el narcotráfico, por un círculo virtuoso alimentado por la confianza?

Sí, es posible. El ejemplo de la transformación que Medellín vivió a lo largo de estos últimos años, demuestra que realizar semejante cambio no constituye una utopía insuperable sino una agenda de trabajo alcanzable sustentada en visión estratégica, esfuerzo compartido y capacidad de gestión.

En un momento especialmente desafiante para el mundo entero, el rescate de la innovación institucional, la voluntad colectiva y el compromiso ciudadano aparecieron como una referencia superadora. Y se propuso enfrentarlos teniendo una visión estratégica de desarrollo, que significó una apuesta por un estilo y una actitud para entender la reconstrucción de la ciudad.

Así, a partir de una concepción del territorio ligada profundamente a las necesidades de sus habitantes, se afincaron las energías necesarias para poner en marcha una importante transformación urbana que incluyó, entre otras áreas, el sistema educativo, las redes de inclusión social, las bibliotecas, el financiamiento de micro emprendimientos, los parques culturales, el espacio público y los medios de transporte. Fue una apuesta a la consolidación de una ciudad incluyente, humanizada, gobernable y emprendedora. Implicó un estilo de gestión desde el sector público,  que hizo posibles alianzas estratégicas con la sociedad civil y el sector privado.

Una recorrida por el barrio de Santo Domingo, un área precaria en la que, a través esas políticas sociales, se logró revertir el problema de inseguridad y del narcotráfico. La  Biblioteca España, una de las más grandes de Latino América, es un ejemplo de  contención de niños que brinda posibilidades de educación y reinserción. La innovación en transporte que le permitió ser la primera ciudad del mundo en tener un teleférico integrado a un servicio de transporte masivo y popular de pasajeros, como es el metro de Medellín.

Medellín, como experiencia de transformación urbana y ciudadana, atrae el interés de numerosas delegaciones extranjeras, urbanistas sociales, dirigentes comunitarios y políticos. En este siglo XXI de escenarios cambiantes y desafíos renovados, podemos señalar que toda política es esencialmente global y esta ciudad es un ejemplo de globalidad, no solo por la obras de infraestructura social que la han renovado externamente, sino por la energía y capital social que desde su interior la retroalimenta, y deja la clara sensación  que el cambio es posible. 
 

martes, 5 de marzo de 2013

Seguridad ciudadana y los malos aires


Seguridad ciudadana, un servicio básico en cualquier sociedad civilizada, que desde hace más de diez años viene mostrando su ineficacia.  
Podríamos apelar a nuestra memoria  y encontraríamos una larga lista de políticas de seguridad que fracasaron irremediablemente.  Los costos recayeron en nuestra gente como un verdadero baño de sangre.
Desde 2003 la institución policial en la provincia de Buenos Aires,  ha sido víctima de sistemáticas maniobras de destrucción,  e imprudentes campañas de desprestigio. Se la ha responsabilizado de todos los fracasos  e  improvisaciones. Que “… la seguridad es algo demasiado importante como para dejarla en manos de la policía “, dijeron.  Y se pusieron al frente. La seguridad la construyeron desde modernas oficinas de amplios escritorios, con brillantes técnicos universitarios de oratoria envidiable, que siempre pusieron el énfasis en el delincuente, y se olvidaron de las víctimas.

Así transcurrieron años en que todos los fracasos se pusieron sobre la espalda de la policía, invocando a ese porcentaje de inescrupulosos y corruptos que toda profesión tiene, pero ocultando el esfuerzo y entrega de la gran mayoría que resulta tan víctima del delito como cualquier otro. El único fin fue denostar y continuar el proceso de destrucción institucional de la fuerza. 

Pero como el delito sigue avanzando a pasos agigantados, y las noticias de difunden irremediablemente, quienes tienen la responsabilidad funcional, proponen la creación a una Ley, o la reforma de otra. No importa si el camino es el correcto o si la solución es la más conveniente. Lo importante es hacer creer que la tarea de “salvataje” de la sociedad está cumplida.

Pero ya no parece haber salida dialéctica. Y no tiene salida porque no existe un plan concreto, descontaminado de ideologías e intereses, para enfrentar la criminalidad y los verdaderos problemas de fondo (la pobreza, la exclusión,  la marginalidad, la inmigración regular, la desigualdad social, etc.) Cada vez que se produzca un grave hecho criminal, la gente va a protestar con justa razón y ya no la van a parar con un  relato.

La seguridad ciudadana es un servicio público interno, cuya estrategia o planes deben ser elaborados por expertos en la materia. Nada impide la participación de civiles, políticos o no, pero indefectiblemente los expertos son los policías en los que la sociedad invirtió años y mucho dinero en su preparación, aunque se haya construido un muro para limitarlos y desprestigiarlos.

Avancemos con pragmatismo hacia el futuro, con las instituciones.  No sigan induciendo a la gente con eso que la seguridad es algo demasiado importante para dejarla en manos de la policía, porque en nuestra sociedad, nadie en su sano juicio se atrevería decir que…la salud es demasiado importante para que esté en manos de los médicos.