La Argentina ha sido sede del cartel de Sinaloa, el más poderoso grupo de narcos de México. La investigación y la opinión de especialistas, ha demostrado que los nueve mexicanos detenidos en el laboratorio de Ingeniero Maschwitz en el mes de julio de 2008, pertenecían al cartel liderado por Joaquín “Chapo” Guzmán Lorea, el más peligroso de los capos mexicanos y el más buscado por los Estados Unidos. Pocos días después se produjo el triple crimen de General Rodriguez y nunca se descartó que haya tenido vinculaciones como presunto nexo entre los carteles mexicanos y los proveedores locales de efedrina. Como si fuera poco, se desprendió la investigación conocida como “La Ruta de la Efedrina” que tuvo como uno de sus más importantes “actores” al argentino Mario Segovia, recientemente condenado a 14 años de prisión.
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De Guanajuato a Maschwitz. Cuando la Delegación Campana de Investigaciones de Tráfico de Drogas Ilícitas Policía Bonaerense y el juzgado federal de esa localidad divulgaron la noticia de un laboratorio de drogas sintéticas allanado en una quinta de la zona norte aseguraron que los nueve mexicanos detenidos ese día pertenecían al cartel de León. La Procuración General de la República (PGR) del Estado de Guanajuato, cuya capital es León, emitió un comunicado oficial en el que desmentía la existencia de tal grupo. Tres fuentes expertas en la trama narco mexicana confirmaron lo dicho por la PGR y explicaron la lógica y el funcionamiento de las redes que desembarcaran en la Argentina, donde encontraban condiciones ideales para expandir su negocio más rentable: las drogas de diseño con las que inundan los Estados Unidos. De todas ellas la más exitosa es el “cristal meth”, o metanfetamina cristalizada, la que fabricaban en la quinta de Maschwitz. En el chalet en el que los hombres del Chapo Guzmán trabajaban día y noche hasta el allanamiento del 17 de julio de ese año, había 20 kilos de esos cristales de un blanco azulino y opaco, parecidos a piedras preciosas en bruto. Unas 20 mil dosis de la sustancia que se fuma y produce una euforia superior a la de cualquier otra droga. Para tener en cuenta lo que representaba, cada dosis de esta droga se comercializaba en EEUU entre 120 y 150 dólares.
Ellos lo dijeron: “Por el tipo de instalaciones que encontraron en la Argentina, la edad y la procedencia de todos los mexicanos detenidos allí y por el destino de los cargamentos de efedrina contrabandeada desde Buenos Aires, quien estaba instalado en la Argentina era el cartel de Sinaloa”, le explicó al diario Crítica de la Argentina Ricardo Ravelo, autor de “Los capos: las narco-rutas de México”, un best seller al que le siguieron otros tres libros sobre el narcotráfico de su país. Con la misma contundencia lo confirmó Samuel González, quien fue representante de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito y ex jefe de Fiscales para el Crimen Organizado en México. “El grupo detenido en Buenos Aires estaba relacionado con León, una plaza controlada por el cartel de Sinaloa. Su jefe indiscutido, el Chapo Guzmán, ha sido muy hábil para desarrollar su estrategia empresarial y su relación en el ámbito político le garantizan impunidad”, dijo González, ell asesor en seguridad y justicia del Estado mexicano.
Los carteles mexicanos tienen presencia en 36 países del mundo. Uno de los más fuertes es el de Sinaloa, y es el que más presencia ha logrado en Sudamérica.
A partir del procedimiento de la policía provincial, las autoridades nacionales debieron elaborar estrategias en los permisos de importación de precursores químicos, entre ellas la resolución conjunta 932, 2529 y 851/08 limitativa de las importaciones de efedrina y derivados.
El cartel de Sinaloa es una organización más parecida a un holding empresarial que a una banda criminal. Sus brazos se extienden hacia los mercados mundiales. Han fijado su interés en la efedrina, cuya comercialización está prohibida en México, y en lavar activos. El poder económico de las drogas de diseño está en ascenso, reportándole millones de dólares de ganancia.
Ya tocaron el corazón de nuestro país, y la Policía de la Provincia de Buenos Aires pudo desbaratar su cabecera de playa. .La Argentina ha sido sede del cartel de Sinaloa, el más poderoso grupo de narcos de México, y si no se implementan políticas de estado, quién sabe si no la seguirá siendo…
Norberto López C.
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De Guanajuato a Maschwitz. Cuando la Delegación Campana de Investigaciones de Tráfico de Drogas Ilícitas Policía Bonaerense y el juzgado federal de esa localidad divulgaron la noticia de un laboratorio de drogas sintéticas allanado en una quinta de la zona norte aseguraron que los nueve mexicanos detenidos ese día pertenecían al cartel de León. La Procuración General de la República (PGR) del Estado de Guanajuato, cuya capital es León, emitió un comunicado oficial en el que desmentía la existencia de tal grupo. Tres fuentes expertas en la trama narco mexicana confirmaron lo dicho por la PGR y explicaron la lógica y el funcionamiento de las redes que desembarcaran en la Argentina, donde encontraban condiciones ideales para expandir su negocio más rentable: las drogas de diseño con las que inundan los Estados Unidos. De todas ellas la más exitosa es el “cristal meth”, o metanfetamina cristalizada, la que fabricaban en la quinta de Maschwitz. En el chalet en el que los hombres del Chapo Guzmán trabajaban día y noche hasta el allanamiento del 17 de julio de ese año, había 20 kilos de esos cristales de un blanco azulino y opaco, parecidos a piedras preciosas en bruto. Unas 20 mil dosis de la sustancia que se fuma y produce una euforia superior a la de cualquier otra droga. Para tener en cuenta lo que representaba, cada dosis de esta droga se comercializaba en EEUU entre 120 y 150 dólares.
Ellos lo dijeron: “Por el tipo de instalaciones que encontraron en la Argentina, la edad y la procedencia de todos los mexicanos detenidos allí y por el destino de los cargamentos de efedrina contrabandeada desde Buenos Aires, quien estaba instalado en la Argentina era el cartel de Sinaloa”, le explicó al diario Crítica de la Argentina Ricardo Ravelo, autor de “Los capos: las narco-rutas de México”, un best seller al que le siguieron otros tres libros sobre el narcotráfico de su país. Con la misma contundencia lo confirmó Samuel González, quien fue representante de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito y ex jefe de Fiscales para el Crimen Organizado en México. “El grupo detenido en Buenos Aires estaba relacionado con León, una plaza controlada por el cartel de Sinaloa. Su jefe indiscutido, el Chapo Guzmán, ha sido muy hábil para desarrollar su estrategia empresarial y su relación en el ámbito político le garantizan impunidad”, dijo González, ell asesor en seguridad y justicia del Estado mexicano.
Los carteles mexicanos tienen presencia en 36 países del mundo. Uno de los más fuertes es el de Sinaloa, y es el que más presencia ha logrado en Sudamérica.
A partir del procedimiento de la policía provincial, las autoridades nacionales debieron elaborar estrategias en los permisos de importación de precursores químicos, entre ellas la resolución conjunta 932, 2529 y 851/08 limitativa de las importaciones de efedrina y derivados.
El cartel de Sinaloa es una organización más parecida a un holding empresarial que a una banda criminal. Sus brazos se extienden hacia los mercados mundiales. Han fijado su interés en la efedrina, cuya comercialización está prohibida en México, y en lavar activos. El poder económico de las drogas de diseño está en ascenso, reportándole millones de dólares de ganancia.
Ya tocaron el corazón de nuestro país, y la Policía de la Provincia de Buenos Aires pudo desbaratar su cabecera de playa. .La Argentina ha sido sede del cartel de Sinaloa, el más poderoso grupo de narcos de México, y si no se implementan políticas de estado, quién sabe si no la seguirá siendo…
Norberto López C.
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