Ahora es considerada la organización criminal dedicada al tráfico de
droga, extorsión y secuestro más violenta del país. Los Zetas nacieron en la
década de 1990 como un grupo formado por ex militares que desempañaba funciones
guardia para los miembros del Cártel del Golfo.
De acuerdo con investigaciones de la Procuraduría General de la República (PGR), Arturo Guzmán Decena, un teniente que se dio de baja en septiembre de 1997 del Ejército, fue el responsable de formar la escolta a petición del capo Osiel Cárdenas Guillén.
Tras la detención de Juan García Abrego, líder histórico del Cártel del Golfo, en enero de 1996 -y de un reacomodo de fuerzas-, Cárdenas Guillén alcanzó en 1998 la dirigencia de la organización asentada en Tamaulipas.
El nuevo capo quería un grupo que le brindara protección y eliminara a sus enemigos, principalmente los miembros del Cártel de Juárez. La orden para el poblano Guzmán Decena fue clara: quería sólo ex militares.
Para 1999, unos 40 militares de distintos batallones y unidades en el país se habían dado de baja o desertado del Ejército para enrolarse al grupo a invitación de Guzmán Decena, quien se convirtió en su jefe bajo el apodo Z-1.
Entre esos ex militares que ponían sus conocimientos castrenses a la orden del narcotráfico se encontraba Jesús Enrique Rejón Aguilar, capturado este lunes por la Policía Federal en el Estado de México y considerado en la actualidad el tercer hombre más importante de Los Zetas.
Rejón Aguilar, El Mamito, era integrante del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales (GAFE), del Ejército, también tuvo asignaciones en la extinta Policía Judicial Federal hasta que desertó, en febrero de 1999.
Otros fundadores de Los Zetas habían formado parte de la Infantería, como el actual líder, Heriberto Lazcano Lazcano, quien se dio de baja del Ejército en 1998 tras siete años en la milicia.
A partir que fueron reclutados, los pistoleros dieron muestra de su destreza militar en decenas de asesinatos y asaltos a prisiones para rescatar cómplices, primero en Tamaulipas, luego en Nuevo León, Jalisco y Michoacán.
La PGR logró en 2003 ubicar el nombre de 31 integrantes fundadores, de los cuales cinco habían alcanzado en el Ejército el grado de teniente, cuatro de subteniente, tres de sargento, y tres de cabo, mientras que el resto no habían pasado de ser soldados razos.
Para entonces, Z-1 había fallecido en un enfrentamiento con militares en Matamoros, Tamaulipas, en noviembre de 2002, y el segundo jefe, Antonio Lucio Morales Betancourt, Z-2, había sido detenido un año antes.
Además de Guzmán Decena, han muerto en enfrentamientos y ejecuciones otros seis fundadores: Raúl Alberto Trejo Benavides, Luis Alberto Guerrero Reyes, Ernesto Zataráin Beliz, Oscar Guerrero Silva, Efraín Teodoro Torres, y Braulio Arellano Domínguez.
Con la detención de El Mamito suman 15 zetas originales capturados, entre ellos algunos que habían alcanzado una jerarquía importante dentro de la organización, como Jaime González Durán, El Hummer, quien fue ubicado por policías federales en 2008.
Otros nueve fundadores, según la lista de la PGR de 2003, continúan prófugos: Galindo Mellado Cruz, Jorge López, Rogelio Guerra Ramírez, Carlos Vera Calva, Gustavo González Castro, Benjamín Torres Sosa, Prisciliano Ibarra Yepiz y Leopoldo Flores Soto.
La lista de prófugos la completa y encabeza Lazcano Lazcano, El Lazca, quien dirige Los Zetas desde el 2002.
A Lazcano Lazcano se le atribuye la expansión de las actividades de Los Zetas, iniciada después de la captura en marzo de 2003 de Cárdenas Guillén, quien fue extraditado a Estados Unidos y actualmente cumple una sentencia de 25 años de prisión en la cárcel federal de súper máxima seguridad de Colorado.
De concentrarse en aniquilar rivales y proteger narcotraficantes, Los Zetas ahora operan en 22 estados tráfico y venta de drogas, secuestros y extorsiones, según un reporte de la Policía Federal.
A partir de 2010, la organización criminal se separó del cártel que la formó y la disputa que sostienen entre los dos grupos por controlar las plazas donde operan es la causa de la violencia registrada en Tamaulipas y Nuevo León.
Una sola muestra de la violencia con la que actúa la organización que hace 11 años fuera sólo conformada por ex militares es el hallazgo en abril de 193 cuerpos en fosas de San Fernando, Tamaulipas.
El gobierno federal sospecha que la mayoría de las víctimas eran viajeros que fueron asesinados porque Los Zetas supusieron que eran pistoleros del Cártel del Golfo.
De acuerdo con investigaciones de la Procuraduría General de la República (PGR), Arturo Guzmán Decena, un teniente que se dio de baja en septiembre de 1997 del Ejército, fue el responsable de formar la escolta a petición del capo Osiel Cárdenas Guillén.
Tras la detención de Juan García Abrego, líder histórico del Cártel del Golfo, en enero de 1996 -y de un reacomodo de fuerzas-, Cárdenas Guillén alcanzó en 1998 la dirigencia de la organización asentada en Tamaulipas.
El nuevo capo quería un grupo que le brindara protección y eliminara a sus enemigos, principalmente los miembros del Cártel de Juárez. La orden para el poblano Guzmán Decena fue clara: quería sólo ex militares.
Para 1999, unos 40 militares de distintos batallones y unidades en el país se habían dado de baja o desertado del Ejército para enrolarse al grupo a invitación de Guzmán Decena, quien se convirtió en su jefe bajo el apodo Z-1.
Entre esos ex militares que ponían sus conocimientos castrenses a la orden del narcotráfico se encontraba Jesús Enrique Rejón Aguilar, capturado este lunes por la Policía Federal en el Estado de México y considerado en la actualidad el tercer hombre más importante de Los Zetas.
Rejón Aguilar, El Mamito, era integrante del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales (GAFE), del Ejército, también tuvo asignaciones en la extinta Policía Judicial Federal hasta que desertó, en febrero de 1999.
Otros fundadores de Los Zetas habían formado parte de la Infantería, como el actual líder, Heriberto Lazcano Lazcano, quien se dio de baja del Ejército en 1998 tras siete años en la milicia.
A partir que fueron reclutados, los pistoleros dieron muestra de su destreza militar en decenas de asesinatos y asaltos a prisiones para rescatar cómplices, primero en Tamaulipas, luego en Nuevo León, Jalisco y Michoacán.
La PGR logró en 2003 ubicar el nombre de 31 integrantes fundadores, de los cuales cinco habían alcanzado en el Ejército el grado de teniente, cuatro de subteniente, tres de sargento, y tres de cabo, mientras que el resto no habían pasado de ser soldados razos.
Para entonces, Z-1 había fallecido en un enfrentamiento con militares en Matamoros, Tamaulipas, en noviembre de 2002, y el segundo jefe, Antonio Lucio Morales Betancourt, Z-2, había sido detenido un año antes.
Además de Guzmán Decena, han muerto en enfrentamientos y ejecuciones otros seis fundadores: Raúl Alberto Trejo Benavides, Luis Alberto Guerrero Reyes, Ernesto Zataráin Beliz, Oscar Guerrero Silva, Efraín Teodoro Torres, y Braulio Arellano Domínguez.
Con la detención de El Mamito suman 15 zetas originales capturados, entre ellos algunos que habían alcanzado una jerarquía importante dentro de la organización, como Jaime González Durán, El Hummer, quien fue ubicado por policías federales en 2008.
Otros nueve fundadores, según la lista de la PGR de 2003, continúan prófugos: Galindo Mellado Cruz, Jorge López, Rogelio Guerra Ramírez, Carlos Vera Calva, Gustavo González Castro, Benjamín Torres Sosa, Prisciliano Ibarra Yepiz y Leopoldo Flores Soto.
La lista de prófugos la completa y encabeza Lazcano Lazcano, El Lazca, quien dirige Los Zetas desde el 2002.
A Lazcano Lazcano se le atribuye la expansión de las actividades de Los Zetas, iniciada después de la captura en marzo de 2003 de Cárdenas Guillén, quien fue extraditado a Estados Unidos y actualmente cumple una sentencia de 25 años de prisión en la cárcel federal de súper máxima seguridad de Colorado.
De concentrarse en aniquilar rivales y proteger narcotraficantes, Los Zetas ahora operan en 22 estados tráfico y venta de drogas, secuestros y extorsiones, según un reporte de la Policía Federal.
A partir de 2010, la organización criminal se separó del cártel que la formó y la disputa que sostienen entre los dos grupos por controlar las plazas donde operan es la causa de la violencia registrada en Tamaulipas y Nuevo León.
Una sola muestra de la violencia con la que actúa la organización que hace 11 años fuera sólo conformada por ex militares es el hallazgo en abril de 193 cuerpos en fosas de San Fernando, Tamaulipas.
El gobierno federal sospecha que la mayoría de las víctimas eran viajeros que fueron asesinados porque Los Zetas supusieron que eran pistoleros del Cártel del Golfo.
Fuente: El blog del Narco @Mundonarco
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