martes, 6 de enero de 2015

Volver a recuperar la seguridad , no será fácil


El Estado (provincial o nacional), desde hace varios períodos, tiene la policía que se ganó, o lo que es peor, la que quiso tener.  Con pseudo políticas de seguridad,  ideologizadas, con deficiente instrucción seria y práctica de sus efectivos y menos del mínimo del equipamiento necesario para su servicio. Condicionada con sus bajos sueldos, sus altos riesgos y sin un plexo legal que garantice los derechos de las víctimas, y  le indique claramente qué debe hacer un policía para que no lo condene  la justicia,  asuntos internos  o la opinión pública. No obstante, siguen siendo sus  integrantes, los  únicos que le ponen el pecho al delito.

En esta realidad, algunos intendentes se aventuran a crear policías municipales de cartón, con un objetivo puntual, político y electoral. Que nadie piense en el altruista fin de brindar mejor seguridad, porque son improvisados, carecen del mínimo conocimiento en   la materia y como si fuera poco, se rodean de académicos del falso garantismo abolicionista que ha puesto a la gente,  en este estado de inseguridad y alerta permanente.

Una retroalimentación contínua de las “taras” culturales e ideológicas tan características en nuestra sociedad y  elite política,  impide salir de este laberinto.

No se ve que haya nadie en la cúspide política actual con ánimo de reconocer la magnitud real del problema y la titánica y riesgosa tarea que representa solucionarlo estructuralmente. Parece que les resulta imposible hacer una autocrítica de su propio actuar en el gobierno y en la oposición.

No hay  una clara voluntad política y lo que se escucha son propuestas de parches en una pared llena de rajaduras  mientras los cimientos se desmoronan y todos se conforman con un poco de pintura para decorar la situación.

Volver a recuperar la seguridad después de tantos años de destrucción, no será fácil. Pero sería bueno que se comience por despejar todo vestigio de hipocresía, y volver a darle  a las policías, las atribuciones que le son propias. Qué temores tienen? Si el gobierno nacional o provincial, siempre han tenido las herramientas de control,  para “prescindibilidades” y “purgas indiscriminadas”. Devuélvanle  al hombre y la mujer policías el orgullo de vestir su uniforme, que lo harán con  idoneidad y respeto. En una sociedad caótica y sin orden, también puede ser un punto de partida. 

 

N. López Camelo/crio gral ra

No hay comentarios:

Publicar un comentario