El alerta vino en 2010 desde
Rusia: los informes de salud hablaron de una nueva droga, llamada krokodil
(traducido como “cocodrilo”) que se come vivos a los adictos, hasta matarlos. Las
autoridades sanitarias y de lucha contra las drogas en Estados Unidos han
alertado sobre el uso en su frontera sur con México; en Phoenix, Arizona.
Este opiáceo inyectable
extremadamente adictivo se llama krokodil (cocodrilo en inglés) o desomorfina. Le
debe su nombre porque los consumidores
informan que la piel se torna escamosa, de color negro o verde, como efecto
secundario.
"Es una droga zombi;
literalmente te mata de adentro hacia afuera", ha dicho un facultativo norteamericano.
Esta droga causa serios daños en las venas e infecciones
en los tejidos blandos, seguidos rápidamente de gangrena y necrosis, según un
estudio realiazado en 2013 de International
Journal of Drug Policy.
El daño en el tejido blando
ocurre alrededor de las zonas inyectadas. La droga también parece amontonarse
en las venas, ya que no logra disolverse completamente en la sangre. Las
acumulaciones se abren camino hacia lugares distantes del cuerpo y comienzan a
dañar tejido, según expresó el Dr. Robert Geller, director médico del Centro de
Intoxicaciones de Georgia, quien por otra parte dijo que no está claro qué
tanto se está usando en EEUU.
Muchos casos de abuso de krokodil
se han confirmado en en Rusia y Ucrania.
Se estima que 100,000 personas en Rusia y alrededor de 20,000 en Ucrania se
inyectaron la droga en 2011, según un estudio que se realizó este año en la
International Journal of Drug Policy (Revista internacional de política de
drogas). Expertos especulan que la droga se extendió primero por Rusia y
Ucrania, cuando ya no había la misma disponibilidad de heroína.
El krokodil es un derivado opiáceo , más barato que la heroína y puede ser preparar
fácilmente en una casa, al igual que la metanfetamina. Es una mezcla del
analgésico codeína con productos químicos fácilmente disponibles, como yodo, potentes alcalinos como el limpiador de cocina
y baño, ácido clorhídrico, fósforo rojo
de cerillas; y/o disolventes orgánicos como gasolina o disolvente de pintura,
según el estudio.
Los efectos del consumo de la
droga, según informes, duran varios días. Bajo su ingestión la persona puede mostrar comportamiento
irracional y experimentar privación de sueño y agotamiento, pérdida de memoria
y problemas del habla. Una vez que el usuario se inyecta suficiente droga, la
piel comienza a desprenderse (como un cocodrilo o reptil). Comienza a consumir
toda la carne hasta llegar al hueso. Los índices de mortalidad son altos entre
los consumidores, según el estudio.
La razón por la que es tan
atractiva es porque es muy barata (Una
dosis puede costar poco menos de un dólar o 10 pesos mexicanos)
De acuerdo al informe, esta
situación es la punta del iceberg que va
a poner mucho peor la situación, antes
que comience a notarse una mejoría.
Norberto López Camelo
Fuente International Journal of Drug Policy
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