martes, 19 de junio de 2012

Inseguridad. Qué nos pasa ?

    El delito sigue creciendo, debemos salir de nuestras casas en alerta máxima, los niveles de inseguridad se superan día a día. Siempre se encuentra un culpable de todo: "El Otro",  sin lograrse soluciones teóricas ni prácticas inmediatas. Todo se deja para cuando el conflicto se ha tornado inmanejable y la situación extrema.
La respuesta social ante el "desmadre" ocurre, pero sin saber a ciencia cierta qué hacer. La violencia, en sus más variadas manifestaciones se ha instalado de tal forma que, no sólo no parece tener solución a corto plazo, dando toda la impresión que nos estamos acostumbrando a vivir con ella. Lo cierto es que el índice del delito sube, se diversifica y cambia todo el tiempo.
Quienes tienen la responsabilidad funcional, no ven el círculo vicioso que ello encierra: los medios de prensa difunden la noticia que da cuenta de un hecho criminal, la sociedad se queja y reclama soluciones; frente a esta situación el Estado propone una única receta: la sanción de una nueva ley o la reforma de las que ya existen. No importa el camino, ni si la solución es la correcta o la más conveniente. 
De manera que este circuito desemboca en un derecho penal simbólico que da la impresión que solo sirve para hacer creer a la sociedad que la tarea de salvataje de la sociedad está cumplida.
Pero como el crimen sigue avanzando a pasos agigantados; los medios de prensa de nuevo difunden otra y otra noticia criminal… y comienza otra vez a moverse la rueda. Y así seguimos, en el interior de un círculo vicioso que no tiene salida. Y no tiene salida, porque no existe un plan concreto descontaminado de idelologías e intereses, para enfrentar a la criminalidad y los verdaderos problemas de fondo (pobreza, exclusión, marginalidad, inmigración irregular, desigualdad social, etc.).  
Leí hace unos días que: "Esto sucede en la Argentina actual porque hemos perdido el rumbo del Derecho, hemos permitido que la violencia gane las calles, dejamos de ser un Estado “real” de Derecho (sólo lo somos desde un punto de vista “formal”). Casi nadie respeta la ley, y un país que no respeta la ley no tiene futuro... 
El avance de la criminalidad parece no tener retorno…y nadie hace nada. No parece existir una decisión pólítica para detener esta oleada de inseguridad que asola desde hace ya mucho tiempo, mientras la ciudadanía decente, honesta y trabajadora mira asombrada e indefensa la inacción.
La anomia es una enfermedad que se ha apoderado de los argentinos, en un país sumergido en el desconcierto. Algo hay que hacer antes de que sea tarde, el pronóstico dice mal tiempo y tormentas…, pero, frente a todo esto me pregunto….¿no será ya demasiado tarde?..."     
  Te debo la respuesta.

viernes, 8 de junio de 2012

Despenalización para combatir el narcotráfico...


Victoria Donda y Cecilia Merchán, acaban de presentar un proyecto que tiene como objetivo poner el foco de la justicia en la persecución al narcotráfico y no en la tenencia de los usuarios. Si el proyecto de despenalización apuntara estrictamente al verdadero consumidor, estaría de acuerdo. Pero esto, por sí mismo, no constituye una lucha contra el narcotráfico. La droga no le llega a tus hijos o amigos, porque se las vende El Chapo Guzmán en forma directa, sino que que hay una cadena de venta que va desde las grandes organizaciones, hasta los vendedores minoristas que además suelen ser también consumidores. Llegar al narco de importancia, es como subir una escalera; se comienza por los escalones más bajos hasta llegar hasta donde se tranzan los negocios de envergadura que no siempre resultan claro ver desde el llano.
Que la despenalización so pretexto de progresismo o pseudo garantismo, no enmascare al mini tráfico, al tráfico doméstico; al que hace llegar la droga a tu barrio, a los pibes que vos conocés, y otras cadenas intermedias. Y si hay que trabajar sobre ellos, comprendan que generalmente se sube de abajo hacia arriba. Es una ley natural, para llegar a la altura que se pretende.
Muy pocos son los que saben lo que cuesta hacer una investigación sobre drogas, y cuántas barreras hay que sortear, para obtener un resultado importante, como para que debatan quienes   no distinguen un depresor, de un estimulante o un alucinógeno.
Celebro que debatan sobre la salud de la única víctima de esta problemática: el consumidor; pero si dicen que despenalizan el consumo para combatir el narcotráfico, queda un profundo vacío en el medio,  que se convierte en una mera expresión de deseos.